Maná pasó por Córdoba, el sábado 10 de Diciembre, y yo me debatía si escribir al respecto o no. Al fin decidí intentar dejar unas líneas, pero si están esperando una crónica periodística tradicional del show, éste es el mejor momento para dejar de leerme. No tiene sentido hacerlo a tantos días del evento.
Foto: David Barrionuevo
Al presentar un nuevo disco en una gira mundial, abundan las crónicas del show por los diferentes lugares que van pasando, el espectáculo es el mismo lo que cambia es la bandera del país en el que se encuentran. Por eso me resistía a escribir sobre la hora en que empezó, con tal canción, dijo tal cosa, se puso una camiseta del país, bla bla debilita las emociones que se sienten cuando uno cree que ese espectáculo es único.
Con estas palabras sólo busco materializar alegría, sentimientos y sensaciones de haber escuchado en vivo a una banda que me gusta mucho; para que cuando mi memoria se encuentre frágil ante el paso de los años, se le olviden los detalles y sólo quede un recuerdo de lo vivido, pueda encontrar refugio en las palabras y me transporten nuevamente a ese momento.
Mi relato está vez va como espectadora, es toda una situación la que se genera del otro lado del escenario y quizás los artistas ni se enterarán nunca.
Bien tempranito el sábado demostró que iba a ser un día caluroso pero también que era una excelente excusa para festejar mi cumpleaños viendo y escuchando a Maná, por primera vez en vivo. Situación que generó mucha ansiedad a medida que se acercaba la hora pactada para el arranque.
Las puertas del Estadio Mario Alberto Kempes se abrieron y la adrenalina comenzaba sentirse, elegir la mejor ubicación posible y observar como empezaban a cobrar vida esas butacas.
La espera se hizo larga, el sol pegaba fuerte y el show no empezó a horario pero todo eso se hizo más ameno gracias a que me acompañaban mis amigos, que al ritmo de las olas humanas hicieron entretenida la espera.
El show finalmente comenzó y borró todo rastro de cansancio que sentimos de tanto esperar. Nada más importó. La alegría se multiplicó en fracción de segundos y ante las primeras melodías - más allá que el sonido sufrió un desperfecto- mi corazón explotó de felicidad. Miles de cámaras se encargaron de iluminar la noche.
Interactivo con el público y muy enérgico Fher (Overa) saludó a Córdoba. Sobre el escenario se sucedieron una tras otra las melodías que desataban la euforia del público.
Foto David Barrionuevo
Con una puesta en escena impecable, los detalles bien cuidados y una inversión importante en lo que hace la imagen del espectáculo cantaron más de veinticinco canciones, repasaron grandes éxitos de todos sus discos pero también los nuevos temas se abrieron paso, demostrando que pueden ser hits.
Foto David Barrionuevo
Alex, el baterista, también tuvo su momento de gloria cuando le tocó hacer un solo mientras el escenario se elevaba y giraba.
Simularon una cantina, con una torre al medio del estadio, para hacer un acústico de los temas más románticos. Y por supuesto, no podía faltar la presencia de una señorita del público que acompañara esas baladas. No sólo pudo disfrutar de las canciones desde la torre, sino que además el cantante le regaló su armónica y bailó lento con ella mientras le cantaba al oído.
Esos acústicos aflojaron las emociones de más de uno, que no podían hacer otra cosa que mirar el show con lágrimas en los ojos. Había fanáticos de todas las edades, pero uno de, aproximadamente, nueve años era el que más ternura daba al ver que se sabía y acompañaba cada canción con el ritmo exacto en cada melodía.
Por supuesto que, no podían faltar los personajes de siempre, que estudiaron el cancionero durante la espera pero que después se cantaron hasta las canciones más viejas y desconocidas, sin sentarse un segundo.
Después de más de dos horas de un show impecable había que regresar a casa, pero eso te lo debo me cansa de acordarme como fue la vuelta.
Y así pasó Maná por Córdoba, ya hace casi 15 días pero en mi corazón guardo las mariposas que sentí de estar en ese lugar festejando mi cumpleaños.
El sábado 26 de noviembre se presentó Fabiana Cantilo, muy divertida y particular, en Club F.
Empezó con mucha energía dando un recorrido por sus temas clásicos,que desataron la euforia de jóvenes y adultos que se encontraban en el boliche del Chateau. Ella se encargó del show y el público de los coros.
Después de librar una batalla de sonido contra la música del boliche que seguía de fondo, pidió que la cortaran pero al ver que no le llevaban el apunte, se quejó con una sonrisa y siguió cantando.
Cuando alguien del público le tiró una campera, agradeció y dijo "muchas gracias, pueden tirar una de jean después".
Si bien fue bastante íntimo, al show no le faltó alegría y buena onda. Bailó, cantó, saltó, hizo algunos covers de Calamaro pero también presentó dos temas de su nuevo disco, que se estrenará en los próximos meses.
Fueron alrededor de once temas los que cantó, pero se guardó "mi enfermedad" para una despedida con todo.
Algo raro me paso cuando quise escribir...el efecto de la hoja en blanco no me dejaba empezar, no sabía como hacerlo. Pero ya pasó y aquí vamos de nuevo. El día de la madre ya pasó y me reclamaste sutilmente que no te había escrito algo. Como no necesito un día ni un motivo hoy trato de alimentar tu alma con algunas palabritas..
Algunas cosas son puntuales hacía tu persona y otras a las madres en general. Pero tenés la exclusiva má!
Estoy alargando la escritura para que no te largues a llorar, porque se que te emocionas apenas empezas a leer. Como toda mamá que se siente orgullosa de los regalos que la vida le ha dado. Porque además tienen esa condición de amar incondicionalmente y sin medidas (al menos la mía la tiene).
Creo que las madres interpretan en un sólo cuerpo muchos personajes, que van adaptando según las situaciones y los momentos del día. No te sorprendas si de bien que estás tomando mates con ella (después de arruinarselos con un poco bastante de azúcar), aparece un nuevo personaje que se acuerda que tenía que hacer tal o cual cosa. Y ahí van.. de nuevo.
Se pueden enojar, pueden cansarse de ser las únicas que "hacen todo", pero siempre están ahí,cuidando minuciosamente cada detalle.
Y quién si no me seguiría con la tijera, para cortar los hilos que sobran de la ropa..
y quién si no iría a comprar sólo un vaso porque el mío se rompió..
y quién si no tendría cuál restaurant un menú para cada hijo/a complicada en el mismo almuerzo..
y quién si no me enseñaría lo importante de las cosas simples de la vida..y lo lindo que es sorprenderte con algún regalito (como las entradas).
y quién si no me diría que para tomar sol hay que ir cambiando de posición, un rato de cada lado, hasta con los brazos levantados para que no quede ningún rincón sin broncearse...
y quién si no tendría los ojos tan transparentes que basta una mirada para conocer su alma (aclaro que no es sólo un par de ojos, si no se me enoja la má)..
y quién si no caminaría con el mismo pie siempre sin importar si saltamos, trotamos y seguimos..
y quién si no me mostraría que hasta los momentos más difíciles, duros y tristes se superan con amor..
y quién si no me enseñaría que cuando uno ya no tiene fuerzas son los hijos los que te motivan a seguir..
y quién si no me transmitiría su afán por la lectura..
y quién si no me daría el ejemplo de que confiar en las personas puede ser sumamente gratificante aunque no sea retribuido de igual manera..
y quién si no me diría que se puede dar sin esperar recibir..
y quién si no demostraría que se puede ser divertida, joven, madre y abuela al mismo tiempo...
y quién si no me enseñaría que la muerte es un parte de la vida. Que hay que hablar de esos temas, que hay que tomarla con humor...(aunque no cumpla con hacerte una fiesta cuando ya no estés)
y quién si no me dejaría un enorme vacío con su ausencia...pero muchas enseñanzas...
y quién si no amaría la vida tan intensamente y en cada momento (aunque se cruce la vieja del centro cultural a veces y le quieras dar con los criollos).
y quién si no hubiera sido mi sostén después de aquella partida.
Seguramente muchas preguntas y miedos pasan por tu cabeza.
Nostalgia por algo que todavía no terminó pero que sabes que está cerca el final.
Expectativas por un futuro que se aproxima pero que aún parece distante.
Decisiones y contradicciones se amontonan. Ese momento de querer frenar el tiempo para quedarte otro rato en sexto y ese otro de ansiedad por lo nuevo que desconoces.
La palabra UNIVERSIDAD asusta un poco...pero sólo al principio, una vez que descubrís sus mañas todo resulta más amigable.
No importa donde estés ni las cosas que se crucen en tú camino para hacerte la vida más difícil, triste o pesada; lo que realmente importa son los vínculos a los que te aferres y la marca que dejes en los demás, esa huella que no se borra con el tiempo, esa misma que hace que te quieran y recuerden aún cuando hayan pasado los años.
Seguramente los amigos vayan cambiando con el correr del tiempo y a algunos ni siquiera los veas nunca más. Pero el recuerdo de lo vivido va a quedar almacenado en tú corazón y un día, cuando estés triste o simplemente quieras regresar a estos bellos años, bastará con que escuches las historias que te contará tu corazón. Y una sonrisa saldrá del alma.
La vida está llena de momentos difíciles y también cargada de personas complicadas que les encanta ir
por ahí quejándose y lamentando la vida que llevan.
Me gustaría que vos no seas de esas, que sepas que siempre estás a tiempo de ser feliz y amar la vida.
Que decidas y que te hagas cargo de tus decisiones. Y que si las cosas no salen como lo planeaste, lo tomes como un aprendizaje, porque no sólo de lo bueno se aprende.
Que no te olvides que atrás tuyo hay un apoyo muy importante (por si algún día tambaleas) que es el de todos los que te queremos y estamos orgullosos de tener una persona como vos al lado.
No midas el amor, colaboración, éxito que puedas dar y tener con el de otras personas. Sé única y dá sin esperar nada a cambio.
Uno no se da cuenta cuanto ha vivido hasta que mira fotos. Y entonces pensaba en la magia que tiene una imagen; esa capacidad de congelar un instante, materializar un momento y archivarlo en el tiempo (mientras no se arruine la imagen).
Una foto es una ayuda para la memoria frágil, que a veces se olvida de tanta vida transcurrida, de tantos días vividos.
Es el tamaño que tienen tus recuerdos, es una exposición (inconsciente) de la moda de esa época, es el paso del tiempo en papel o en píxeles, es una mínima porción de lo que pueden apreciar tus ojos.
Es como un pensamiento transformado en letras, es como estar en el momento justo, es darte cuenta que la vida no se detiene y que sigue su curso segundo a segundo.
Esa misma magia es la que te hace recordar alguna situación particular al mirar esa imagen, es la que te saca una sonrisa por algún buen momento o te arrastra a la nostalgia y melancolía por los que ya no están o no frecuentas. También tiene el poder de transportarte hacía aquel momento en que fue sacada la foto y contarte toda la historia que hay detrás de ese instante congelado.
Una foto te cuenta una historia, te transmite sensaciones y te moviliza sentimientos. Refleja el pasado de algún momento que fue presente alguna vez.
En todas esas situaciones estás presente eternamente de manera espiritual.
Porque tu ausencia física de este mundo es la que generó esos momentos..
Porque gracias a Dios nos quedó ella y hoy también es su día.
Luchadora como ninguna, o como varias.
El sostén de mi alma.
Amante de la vida.
Fuerte como una montaña e inquieta como una cascada.
Un poco rebelde pero muy generosa.
Sí todo eso es ella, pero lo más importante es que es mi mamá.
Porque también existen los papás del alma que llegan para reforzar la tarea de los papás biológicos. Aparecen sin explicación y se quedan cuidando de vos con mucho amor.
Para todos los papás (o aquellas personas que cumplen esa función) les deseo un muy feliz día.
Las reflexiones de este día reaparecen y se materializan a través de mis dedos, para luego archivarse en el blog.
Entendí en este tiempo (pos-recibida) que tan equivocada no estaba cuando dije "quiero ser periodista". De a poco me apropié de la profesión y sin saberlo empece a sentir que fue una buena decisión.
La comunicación entre las personas siempre fue algo que me intereso. La importancia de la misma en la sociedad es fundamental y la manera en que construimos realidades también.
Realidades de la vida cotidiana, realidades comunicativas, realidades con pretensiones de verdad absoluta en un mundo tan diverso.
Poco es lo que se reflexiona sobre las diferentes realidades que cada ser representa. Se busca LA VERDAD como algo único, acabado. Particularmente estoy convencida que la única verdad absoluta es que somos personas que compartimos un momento determinado del tiempo que es el presente, en un espacio específico que se llama planeta tierra. El resto son construcciones de realidad que realizamos a diario.
En cada momento se nos presentan diferentes decisiones y posibilidades de elección. Al igual que el año pasado pido que seamos muy respetuosos con las PALABRAS.
La comunicación tiene que servir para generar algo en los demás, y el periodismo, que es una bella profesión debe ser fiel a esa premisa, debe ponerse al servicio de los demás.
Cuando veo que las palabras tienen ese don de emocionar, generar cambio, invitar a la reflexión más segura estoy de que esto es lo que amo hacer. Les puede gustar o no mi manera de comunicar, pero acá estoy, esto soy y esto amo ser.
Independientemente de un título, creo que el periodismo se construye con personas llenas de convicciones y dispuestas entregar todo.
Conozco a muchos periodistas (algunos con título y otros sin) que aman lo que hacen y lo que eligieron como estilo de vida, para todos ellos un Feliz Día.
Es difícil encontrar las palabras cuando el silencio parece la mejor respuesta.
La alegría que muy rápido llegó al momento se marchó y si explicaciones nos dejó.
Muchas preguntas que no encuentran su respuesta se agitan en la mente.
Ansiedad, expectativas e ilusiones se desvanecieron en un segundo. Como si el tiempo se hubiera detenido algunos instantes, para luego continuar su curso normal.
Tiempo, tiempo es lo que necesita el dolor para aplacarse, no desaparecer sino continuar a tu lado sereno, sin aplastarte con todas su fuerzas.
Fuerzas, muchas fuerzas se necesitan para construir amor, paz y armonía.
Amor por lo que queda, amor por la vida, amor por lo que vendrá.
La vida tiene estas cosas, un momento lleno de felicidad se puede esfumar ante la menor brisa, son pequeños obstáculos que recuerdan que es difícil transitar en ella. Pero también, son esas cosas que ayudan a levantarse una vez más , hacen crecer y retomar un nuevo camino.
Aunque hoy el camino no este claro, siempre va estar ese día, después de la tormenta, cuando sale el sol más brillante que nunca y ves las cosas con mayor claridad. Y en sus rostros voy a poder ver dibujada la felicidad.
Este escrito esta dedicado a dos personas que quiero mucho.
Hoy mis pupilas no están en esta ruta por la que viajo, me las robó un grupo de estrellas que abrazaban la noche. Se fueron a pensar, se fueron a pasear o simplemente se dejaron llevar.
Mi mirada distante de mí, quiere llegar a un lugar donde reposar, parece buscar cierta paz para volver a mirar.
En un parpadear el paisaje vuelve a cambiar. Mis pupilas contemplan la inmensidad y saben que aquí hallaron la paz.
No sólo mis ojos se encuentran en calma, sino que cada parte de mi ser encierra una dulce armonía.
Los problemas se muestran difusos y distantes desde aquí como la línea del horizonte cuando cae el sol en la montaña anunciando la llegada del atardecer.
Aunque tenga que volver a mirar paisajes urbanos llenos de rutina, mis ojos guardan en su retina la paz que encuentran cada vez que visitan este lugar.
Pensar que en aquellos nefastos años se inaguró una nueva condición social, uno no estaba vivo, no era un muerto, era un DESAPARECIDO. Y en nuestro país no hubo uno sino que contamos 30mil...30mil vidas que fueron arrebatadas por un "proceso de reorganización nacional"...La masacre más reciente de nuestro país. A 35 años del último golpe militar sigo pensando que la identidad no se impone.
Mucho se habla de lo maravilloso que es ser padres y como te cambia la vida cuando traes un ser al mundo. Otro tanto se dice de lo extraño y fabuloso que es ser abuelos. Y sin embargo, nadie te cuenta de lo fantástico que puede llegar a ser ocupar el lugar de los tíos/as.
Nadie te dice que tu vida cambia desde el momento que sabes que vas a tener un sobrino/a.
Nadie te dice que es rara esa sensación de saber que vas a poder acompañar el crecimiento de un hijo de un hermano/a sin que al principio te produzca un shock (de pensar wouu mi hermano/a ya es padre/madre).
Nadie te dice que apenas nace, mirás sus manitos tan pequeñas, las colocas arriba de las tuyas para comparar tamaños y casi seguro querés sacarle una foto a esa imagen tan tierna.
Nadie te dice que aprendes todos los días algo nuevo con ellos.
Nadie te dice que se convierten en la mitad de las palabras que emitís, ya sea con familia, con amigos, con desconocidos siempre tenés algo para contar y tus conversaciones giran en torno a ellos.
Nadie te dice que tus tiempos cambian, no importa lo apurado/a que estés, observarlos mientras hacen alguna monería siempre va a ser prioridad.
Nadie te dice que podés estar horas mirándolos jugar y reirse sin que se den cuenta que los retenes en tus pupilas, como una filmadora para sacar esas sonrisas de tu memoria para cuando necesites alimentar tu alma.
Nadie te dice que dormir la siesta abrazaditos es una ternura que no tiene precio.
Nadie te dice que te vas a aprender todas las canciones infantiles, vas a conocer los nombres de los dibujitos que estén de moda y vas a entender su lenguaje.
Nadie te dice que vas a ser cómplice voluntario/a de todas sus picardías y travesuras.
Nadie te alerta que pueden salvarte en más de una situación incomoda.
Nadie te cuenta que cuando empiezan a hablar, te identifican y te nombran de una manera especial tu corazón se emociona y tu alma se infla de amor.
Nadie te avisa que si pasas varios días sin verlos en tu cabeza aparece esa pícara sonrisa y te das cuenta cuánto los extrañas.
Pero sobre todas las cosas nadie te explica que es un amor único el que se siente por ellos (y más si es tú primer sobrino/a) y que es muy difícil describir con palabras las sensaciones y emociones que te atraviesan cuando ves como crecer tu sobrino/a.
Este post es sumamente subjetivo y me encanta que así sea, porque es lo que yo siento por mi sobrino. A los que no tienen sobrinos, seguramente no entenderán el sentido de tanto amor derramado, pero cuando atraviesen esta situación quizás comprendan a que me refiero, quizás no. A los que sí tienen sobrinos, sabrán entender.
Estaba sentada contemplando el paisaje y de repente, me vi atravesada por la mágica naturaleza. Se presentaba ante mí queriendo contarme como es la vida de cada uno de los seres que habitaban en un poco de pasto, hojas, tierra y piedras.
Detuve mi mirada en ese espacio verde por un momento y sentí ganas de describir lo que estaba viendo.
Lo primero que observe fue una avispa que escarbaba en la tierra húmeda, buscando algo que trasladaba en su cuerpo. Se alejaba y regresaba nuevamente a repetir la búsqueda (no estoy segura si era la misma avispa o se alternaban en turnos con otras). Con sus patas traseras se elevaba de forma tal que quedaba de cabeza en la tierra y removía con sus patas delanteras.
A muy poca distancia de la avispa, caminaba un bicho cascarudo algo extraño, ya que parecía un rinoceronte en miniatura. A pesar de la escasa distancia entre ambos, cada uno cumplía con su labor sin percatarse de la presencia del otro; ni siquiera de la mía.
Cuando pensaba en lo que acababa ver, en lo mágico de la naturaleza y de la creación de Dios, una mariposa de color naranja interrumpió mis pensamientos. Parecía que con su vuelo iba dando besos al suelo, lo más parecido a una piedra haciendo sapitos en el agua. Se acercó y cuando estuvo lo suficientemente cerca, se alejó volando hacía otro lugar.
Miré otra vez el pasto y una vez más la avispa escarbaba con rapidez. Un bicho peludo, parecido a un cien pies se esforzaba por llegar a algún lugar.
Esta vez mis pensamientos se pausaron cuando mi mamá se acercó para darme un rico mate. Y mientras terminaba de tomarlo dí gracias a Dios de estar viva un día más.
