La alegría que muy rápido llegó al momento se marchó y si explicaciones nos dejó.
Muchas preguntas que no encuentran su respuesta se agitan en la mente.
Ansiedad, expectativas e ilusiones se desvanecieron en un segundo. Como si el tiempo se hubiera detenido algunos instantes, para luego continuar su curso normal.
Tiempo, tiempo es lo que necesita el dolor para aplacarse, no desaparecer sino continuar a tu lado sereno, sin aplastarte con todas su fuerzas.
Fuerzas, muchas fuerzas se necesitan para construir amor, paz y armonía.
Amor por lo que queda, amor por la vida, amor por lo que vendrá.
La vida tiene estas cosas, un momento lleno de felicidad se puede esfumar ante la menor brisa, son pequeños obstáculos que recuerdan que es difícil transitar en ella. Pero también, son esas cosas que ayudan a levantarse una vez más , hacen crecer y retomar un nuevo camino.
Aunque hoy el camino no este claro, siempre va estar ese día, después de la tormenta, cuando sale el sol más brillante que nunca y ves las cosas con mayor claridad. Y en sus rostros voy a poder ver dibujada la felicidad.
Este escrito esta dedicado a dos personas que quiero mucho.
NP
