jueves, 16 de mayo de 2013

Algunas trampitas al corazón



Ese cassette guardado en el cajón de la mesita de luz era nada más y nada menos que una declaración de amor. La materialización más pura y sincera de todo eso que les colmaba el alma.
Reapareció un día de limpieza treinta años después. Su voz recorrió cada rincón de esa habitación, generando emoción y descubrimiento. Su voz estaba viva, al menos el tiempo que duró la grabación, él también estaba ahí.
Quién encontró esa cinta sintió esa curiosidad de escuchar la voz de alguien muy cercano y desconocido a la vez. Al instante preguntó: - ¿mamá podemos escuchar este cassette? Tenía escrito  4 de Diciembre de 1982 entre dibujos y una frase "¿Qué es mejor? Vivir es mejor". No era solo un cassette (soporte de audio que en la actualidad ya no se usa y muchos jóvenes no conocen) era un viaje al pasado al momento en que le declaraba su amor y le regalaba música. Era revivir con mamá aquella situación que con lágrimas de felicidad explicaba las palabras que él le decía. Ella se volvía a enamorar en cada descripción que él hacía de ella. 
Dicen que cuando una persona muere lo primero que olvidamos es su voz, sin embargo, ella recordaba de memoria cada palabra que él pronunciaba y las sentía, como si la vida le hiciera una caricia al alma, un abrigo para el corazón, un día frío de Mayo. 
La historia fue así: se miraron y se amaron. Fin. No, mentira es mucho más linda, se miraron, se amaron con la mirada y tuvieron una gran historia de amor con tres hijas incluidas.
Él creativo y romántico le hizo el regalo más bello para su cumpleaños, le entregó su corazón en cada palabra y decidió grabarlas para que ella pudiera amarlo cada vez que escuchara esa cinta. Supongo que él ni sabía ni podía imaginar siquiera que, después de tanto tiempo sus palabras quedarían registradas mucho más allá de la intención de desearle feliz cumpleaños a ella. Al igual que una fotografía el pudo perpetuar ese momento de amor en una cinta de audio.
Ella que no tenía entonces donde escuchar aquel cassette tuvo que pedir prestado un reproductor para poder oír el regalo que él le enviaba. Él la conocía curiosa y sabía que encontraría la manera develar la sorpresa. Y aunque habían acordado no encontrarse más, él se las ingeniaba para hacerle algunas trampitas al corazón y a ella le encantaba.
Por su puesto, que al oírlo su corazón se derritió de amor pero no fue tan sencillo correr a sus brazos, porque ambos cargaban con una mochila llena de valores, responsabilidades y debían resolver situaciones para poder estar juntos. Dos jovencitos de apenas veintitantos..que debían tomar una decisión, esa que les cambiaría la vida para siempre. Esa respuesta que buscaban es sus cabezas, sus corazones ya la sabían desde el primer momento que se miraron.

NP 15 de Mayo de 2013